LA FÁBRICA
ALGODONERA FLANDRIA: ALLÍ NACEN NUESTROS MARAVILLOSOS TEXTILES.
Reciclamos una de las edificaciones de la algodonera Flandria del año 1924, con toda su impronta inglesa y el viejo espíritu de lo que había sido desde sus comienzos este ícono de la industria textil, cuna de la tejeduría de algodones, linos y cáñamo.
Mariana Pussacq fue la primera mujer en montar su taller de arte y laboratorio de colores en lo que hoy es el Parque Industrial Flandria. Escribiendo su propia historia dentro de este polo textil pionero en Latinoamérica, hoy ella repite ese hito creando colores y texturas únicas con calidad que trasciende las fronteras.
NUESTRA HISTORIA
En 1928 se instala la empresa algodonera Flandria S.A. en el pueblo de Jáuregui, partido de Luján, Provincia de Buenos Aires. Dirigida por el belga Julio Steverlynck, el cual dió comienzo a una larga historia, en la cual hoy tenemos el privilegio de formar parte, ya que nuestros textiles están impregnados de esa cultura.
En el ADN de nuestros colaboradores se encuentra esa memoria constructiva de la vida del textil. La magia de esta historia se mueve invisible entre los telares transmitiendo ese carácter único a nuestras creaciones.
COLORES INFINITOS & ÚNICOS
En la fábrica procesamos artesanalmente texturas como terciopelo liso, rayado; lino fino, lino vintage, organza de lino, lino grueso, algodón Barcelona, red Basilea, tussor, lienzo, gasa, panamá, lona, algodón satén, bamboo y cáñamo. También pintamos a mano piezas únicas sobre cualquiera de nuestras texturas en los 171 colores de nuestra biblioteca.
Seguimos paso a paso cada uno de los procesos, llevando un control de calidad del 100% sobre cada uno de los textiles que se procesan a diario. En nuestro laboratorio creamos infinitos colores para nuestras colecciones así como también desarrollamos colores específicos por pedidos especiales de nuestros clientes.
Nos hace felices recrear lo que fue la esencia de este edificio y de su historia y lo celebramos exportando un producto único hecho genuinamente en Argentina. Volviendo a la fuente, a los inicios, donde el trabajo manual se realiza en presencia y vocación con amor y profesionalismo.